Three at long

-El Centro de Tecnificación Deportiva, ubicado en Esplugues de Llobregat (Barcelona) celebra este año su 50º aniversario.

-La residencia, que cuenta con instituto propio, acoge a casi 200 personas (entre deportistas y personal) e imparte un total de 18 disciplinas deportivas.

Son las 6.15h de la mañana. Apenas ha salido el sol pero el día arranca ya en los pasillos de la residencia Blume. En poco más de un cuarto de hora empezarán los primeros entrenamientos de la jornada. Cerca de 180 deportistas ponen a punto el engranaje de esta factoría de talentos, que debe su nombre a uno de los mejores gimnastas de la historia de España, Joaquín Blume. Conforme avanzan los minutos, los atletas se reparten entre las diferentes instalaciones del centro. Nosotros nos quedamos en la piscina con nuestros ocho protagonistas: el equipo de triatlón.

Hoy, como cada día, nadarán entre 3.800 y 4.000 metros antes del desayuno. Saben que son unos privilegiados y todo sacrificio les sabe a poco. Son las jóvenes promesas de esta disciplina, la estirpe de los primeros triatletas que aterrizaron en este Centro de Tecnificación Deportiva en 1998, los gemelos Juárez. Por eso, todos y cada uno de sus movimientos son seguidos muy de cerca por el alma mater del grupo, el seleccionador catalán y Director Técnico del Centro, Joan Mayol. “Para llegar hasta aquí, estos chicos han tenido que pasar varias pruebas y superar un ranking provincial y estatal. Son los mejores pero, la Blume es sólo el paso previo para llegar al Centro de Alto Rendimiento de Madrid, y allí sólo valen los resultados”, cuenta. Para convertir a estos cachorros en auténticos campeones, Mayol ha depositado toda su confianza en el joven triatleta, Albert Parreño. “El año pasado consiguió quedar tercero en el Campeonato de España de Triatlón Sub-23 y cuarto en la Garmin de BCN. Ha pasado tres años en la Blume y el CAR, conoce muy bien nuestro funcionamiento y no tengo la menor duda de que hará un gran trabajo como entrenador”, explica Mayol.

Son las 8.15h, empiezan las clases. A unos pocos metros del gimnasio, en el mismo recinto y junto a las pistas de atletismo, se encuentra el IES Blume. Un instituto sólo para los deportistas del centro. Aquí se imparten las clases en varios turnos, en función de los horarios de entreno. Entre los estudiantes del equipo se encuentran las dos únicas chicas del grupo: Ona Palissé y Txell Figueras (juniors de segundo año en la Blume) y los tres recién llegados: Genís Grau, Pol Samsó y Martí Santiago. En las aulas empieza la primera de sus obligaciones como becados en el centro: aprobar. “No sirve ser un buen triatleta y un mal estudiante. Intentamos inculcarles esta norma porque es muy difícil vivir del triatlón”, reconoce Mayol. Los chicos son conscientes y la mayoría confiesa tener un plan B. “Si esta apuesta no sale bien me gustaría estudiar INEF o psicología deportiva”, explica Pol.

Pero los estudios no son, ni de lejos, el único escollo que tienen que superar estos jóvenes para garantizar su permanencia en la residencia y la consecución de su sueño. Para conseguir su meta es imprescindible que su nombre figure entre la lista de vencedores de los principales campeonatos nacionales. El 3 y 4 de junio se enfrentarán a su primera gran prueba de fuego, la copa del Mundo de Triatlón de Madrid, clasificatoria para el Campeonato de Europa. “El primer año se les da bastante margen –puntualiza Mayol- pero, a partir del segundo tienen que demostrar su valía para poder seguir aquí. En el tercer año ya se les exige resultados”. El premio, la pasarela al éxito. Bien lo saben algunos de los mejores triatletas del panorama actual, fraguados en la saga de la Blume, como el mallorquín Mario Mola -vigente campeón de la copa de Europa de Quarteira (Portugal) y Campeón del Mundo Júnior en 2008- o la triatleta de Barcelona, Anna Godoy –Campeona de España y 11ª en los JJOO de la Juventud de Singapur-, ambos en el CAR de Madrid.

La mañana avanza deprisa, son más de las once y en la recepción nos topamos por casualidad con los tres últimos integrantes del equipo, a punto de salir en bici: Miguel Ángel Fidalgo, Lucas Mola y Jordi García. Están en su tercer año de residencia y compaginan los entrenos con los estudios universitarios. Toda una proeza, en especial, en el caso de Fidalgo que se prepara para licenciarse en Ingeniería Industrial. “Es el líder del grupo. El hombre incansable. La imagen perfecta del triatleta. Tiene una dedicación y constancia admirables”, confiesa Parreño. No en vano, se perfila como una de las apuestas más seguras del triatlón español (junto a su amigo y compañero, Mario Mola). El pasado año, Fidalgo consiguió una más que meritoria 12ª posición en el Campeonato del Mundo de Budapest (Hungría).  Junto a él, Jordi García –campeón de Europa por equipos en 2009- y Lucas Mola (hermano de Mario) completan el mejor aval generacional de este Centro de Tecnificación Deportiva. “Tienen cualidades innatas –explica Parreño-, son muy responsables, serios y disciplinados. Creo que pueden llegar lejos”. 

El trío tendrá ocasión en breve de materializar los elogios de su entrenador con resultados . Fidalgo se encuentra hoy, día 3, disputando la copa de Europa en Antalya (Turquía) y el próximo día 10 partirá rumbo a Quarteira (Portugal) para continuar con su aventura continental;  su compañero, Jordi García luchará por subir al podio en el Mundial de Triatlón Cross, que se celebrará el día 30 en las instalaciones del Anillo en Extremadura y Lucas Mola peleará en junio en Madrid por una plaza en los europeos.

Ya es mediodía, los juniors salen del instituto y se disponen a empezar el segundo entrenamiento de la jornada: la carrera a pie. Hoy es miércoles, toca series. Viéndoles correr es fácil hacerse una idea de su gran potencial. Algunos ya han dado que hablar, como es el caso del joven de Castellfollit (Girona), Genís Grau, subcampeón de España cadete de acuatlón, duatlón y triatlón. “Es el que se ha afianzado más en su nivel. Tiene mucha proyección. Es un chico fuerte y con los objetivos muy claros”, cuenta su entrenador. Pol Samsó es la otra gran apuesta de la categoría, “confío en sus posibilidades – dice Parreño-. Sólo tiene que aprender a canalizar su energía”.

La gran incógnita de la temporada es el barcelonés Martí Santiago (primo del famoso triatleta Francesc Godoy). Este joven atleta -único becado externo que no reside en el centro- se estrena este año en el mundo del triatlón y sus resultados despiertan mucha expectación. “Al principio tenía dudas sobre su potencial –confiesa su entrenador- pero se está acoplando muy rápido. Es un nadador excelente y tiene una gran explosividad corriendo. Sólo le falta más entreno”. Al igual que sus compañeros, las dos féminas del equipo luchan a diario para ganarse un puesto entre la élite. La suya no es tarea fácil. Ambas se encuentran en plena recuperación de una lesión y el tiempo apremia. Es su segundo año de residencia y toca demostrar. Aun así, Parreño confía plenamente en las aptitudes de sus chicas. "Han mejorado mucho y muy rápido, estoy convencido que a largo plazo tanto trabajo dará sus frutos".

Son las dos de la tarde, los deportistas disponen de una hora para comer antes de volver a las clases. Todo está a punto en el gran buffet del centro. "Llevan una dieta especial para deportistas, controlada por dietistas -apunta Mayol-. Forma parte de su cuidado, igual que los controles médicos y el servicio de fisioterapia". A las 17.30h les espera el último entreno de la jornada. Hoy, algo de rodillo y doble sesión de natación. Sólo el relato de su día a día resulta agotador. A las ocho de la tarde, por fin, se retiran a disfrutar de un rato de ocio o simplemente a descansar. No parecen exhaustos. Están felices. Mañana será un nuevo día.