Three at long

El gran Albert Einstein, al que ya he citado en alguna ocasión, solía decir que “hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad o la energía atómica…esa fuerza es la voluntad”. Son muchos los que han convertido esta máxima en una filosofía de vida y el deporte nos regala ejemplos a diario. El del atleta barcelonés, Iván Hompanera es uno de esos casos de coraje y determinación sin límite.

Su historia se remonta a principios de los 90. Por aquel entonces, Iván era ya un consagrado fondista, habitual de los pódiums catalanes y estatales en las categorías de promoción. Durante varios años formó parte del exclusivo grupo de atletas del Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Sant Cugat y en 1991 consiguió alzarse con la quinta posición en el Campeonato de España Absoluto, en la modalidad de 10.000m. Su meteórica carrera parecía imparable, los éxitos personales y profesionales se sucedían, nada hacía presagiar el duro trance que le deparaba el destino. El 20 de agosto de 1995, Iván sufrió un grave accidente de coche mientras circulaba por Tudela (Navarra). Después de pasar un mes en la UCI y todo un año ingresado en el hospital del Vall d’Hebrón de Barcelona, el diagnóstico final fue parálisis cerebral. “En un principio no fui consciente de lo que había pasado. Me negaba aceptar mi nueva situación. Mi única obsesión era llevar una vida normal”, relata. (...)

Pero, lo que para muchos hubiera supuesto el fin de su carrera deportiva, para Iván su accidente acabó convirtiéndose en el punto de partida de una nueva era como atleta paralímpico. “Tardé mucho en asumir mi realidad. Pero decidí volver a marcarme nuevas metas y retos. Lo más duro fue readaptar mi cuerpo al entreno diario, al desgaste físico…pero las ganas pudieron más que el esfuerzo”, confiesa. Lo cierto es que en 1999, tras finalizar un lánguido proceso de rehabilitación, Iván reapareció en escena con una victoria en el Campeonato del Mundo de 800m, disputado en Barcelona. Este triunfo marcó el inicio de una apoteósica carrera que, sólo un año después le llevaría a disputar los JJOO de Sydney. En Australia consiguió proclamarse campeón paralímpico en las modalidades de 800m (2’19”) y 5.000m, en ésta última marcando el récord mundial con un tiempo de 16’53”. Sus dos oros le reafirmaron como uno de los mejores atletas paralímpicos de España. Un título que ha revalidado año tras año con un palmarés vertiginoso, que incluye varios pódiums en los Campeonatos de Europa, numerosos records mundiales y una actuación más que loable en los Paralímpicos de Atenas 2004 y Pequín 2008.



 Hoy, a sus 42 años y con más de 30 de profesión a sus espaldas, Hompanera reconoce que, aunque en lo deportivo ha cumplido todos sus sueños, quiere más. Para ello, ha decidido dar el salto al paratriatlón. Desde que la Federación Española de Triatlón anunciara, a finales del pasado año, el reconocimiento de esta disciplina como deporte paralímpico para los JJOO de Rio de Janeiro del 2016, son muchos los que, como Iván han fijado su nuevo objetivo en Brasil. “En el atletismo, en mi categoría de parálisis cerebral han ido acortando distancias y a mí lo que me llena son las carreras de fondo. Tengo amigos triatletas y ellos me han animado a intentarlo, creen que podría tener posibilidades”, asegura. No obstante, Iván es consciente de que no es una tarea fácil. Al hándicap de su edad hay que sumar que, en los últimos años el nivel de los triatletas discapacitados españoles ha aumentado considerablemente. “Sé que hay deportistas muy buenos y que los años no pasan en vano pero, por mi carácter siempre aspiro a lo máximo. Tengo limitaciones físicas pero la mente puede con todo”.

No hay duda que para Iván, querer es poder. Por eso ya ha puesto en marcha, junto a su hermano y preparador, su plan de entreno: Road to Rio. “Primero –explica-, quiero recuperar poco a poco la forma física, después empezaré a subir el nivel de entrenos para conseguir resultados más específicos”. De momento, este atleta reconvertido a “tri”, dedica entre tres y cuatro horas diarias al entreno y dos días a la semana visita las instalaciones del CAR de Sant Cugat, donde ha descubierto su particular talón de Aquiles: la natación. “Aún no tengo referencias pero creo que nadar es lo que se me va a dar peor. El agua siempre me ha dado mucho respeto”, confiesa. Iván sostiene la teoría de que todo lo que pueda perder nadando o en el segmento de bici lo recuperará en su especialidad, la carrera a pie, aunque sabe que ésta no es una regla de tres. “Todo es ponerse y entrenar mucho”, reconoce.

Su puesta de largo -si el tema de papeleo burocrático se lo permite- será el próximo 16 de abril en el Campeonato de Paraduatlón de Soria. “No tengo claro que pueda asistir, si no llego a tiempo, me estrenaré el 17 de septiembre en el Campeonato de España de Paratriatlón de Vigo”…

Ya veis, lo tiene claro. ¡Ánimo!